El PAN se entrampa; PRI
y Morena avanzan
Razones
25
de Agosto de 2017
Mientras
el PRI y Morena tienen caminos definidos y saben cómo quieren llegar al 2018,
el PAN y el PRD están presos tanto de sus propias incertidumbres como de sus
tiempos.
Hace apenas un año, el PAN, luego de ganar siete
elecciones estatales, parecía tener en las manos el triunfo en los comicios del
2018. Sólo tenía que definir con claridad tiempos y métodos y garantizar, como
dijimos entonces, un proceso terso y que mantuviera la unidad interna. La
dirigencia del partido, encabezada por Ricardo
Anaya, dilapidó tiempos políticos, no
estableció ningún proceso integrador, y lo que hicieron fue cuidar las
aspiraciones del propio Ricardo para que pudiera saltar del partido a la
candidatura presidencial. Si hubiera mantenido sus aspiraciones, legítimas,
pero hubiera abandonado la dirigencia, si se hubiera establecido un proceso claro
de selección, muy probablemente las cosas hubieran sido muy diferentes en el
panismo y no sufrirían los problemas que hoy los aquejan.
Existe una fuerte presión en el PAN para que Anaya se
defina, decida qué hará y abandone la coartada de los tiempos electorales,
porque mientras el PAN se rezaga, el PRI y Morena, encarando sus propias
realidades, ya están trabajando con solidez para el 2018. Mientras tanto el PAN
luce cada día más dividido y enfrentado entre sí, porque la dirigencia es juez
y parte en el proceso de designación y no quiere abrirlo para permitir que los
otros aspirantes participen, los rencores también se van acumulando.
No sé si lo que se publicó sobre el patrimonio
familiar de Anaya es
verdad, tendrá que dilucidarlo y explicarlo el propio presidente del PAN y los
acusadores comprobarlo. Más allá de eso, resulta difícil de creer la historia
de las amenazas y demás, pero lo cierto es que Anaya tiene
abierto un amplio frente interno, pero, al mismo tiempo, desde el gobierno
federal lo han pasado a considerar un personaje no confiable porque, dicen, no
cumple con su palabra. Y con tantos frentes abiertos la táctica de ganar tiempo
no sirve.
La idea del Frente no es mala, y tampoco sería la
primera vez que el PAN y el PRD se alían. Pero siempre lo han hecho en torno a
una candidatura. Y en este caso no tienen claro ni la candidatura ni el
programa. Un sector importante del PRD quiere el Frente, pero no terminan de
decir cuál y con quiénes, qué pedirían y qué resignarían para participar en él.
Muchos hablan de un frente, pero una cosa es una alianza progresista, con MC y
otros grupos en torno, por ejemplo, a Miguel
Mancera, y otra cosa muy diferente es un
Frente con el PAN, con
Ricardo Anaya de candidato.
Ricardo Anaya de candidato.
Pero, además, esa lógica propicia también varios
interrogantes: primero, el propio contenido del Frente. ¿Seguro que esa
coalición tendría que ser “de oposición” como dice Anaya y
en contra del PRI? ¿No sería más lógico hablar, como hacen algunos perredistas,
de un Frente Democrático y anti AMLO? Si en las encuestas de los aspirantes del PAN y
del PRD la que sigue estando al Frente es Margarita y
existe una verdadera convicción frentista ¿por qué bloquearla? ¿Por qué no
convocar una verdadera elección interna para sacar candidatura? Si se dice que
el Frente sólo es posible con ciertos candidatos, que son casualmente los que
encabezan las actuales dirigencias partidarias, ¿cómo se garantiza que el resto
del partido y los militantes que no participan de ellas realmente se incorporen
al mismo?
Zavala y Moreno Valle tienen
razón. El PAN debe decidir su ruta ya, avanzar en ella y si el día de mañana el
PRD se pone de acuerdo y decide avanzar en una alianza con el PAN, adelante.
Hoy, por favorecer la candidatura de Anaya, está perdiendo tiempo, presencia y unidad.
El terreno electoral es propicio para hacerlo.
Morena no tiene problema: su candidato es López Obrador y
ya veremos cómo la candidatura de la Ciudad de México la decide él. El PRI está
haciendo un muy buen trabajo para procesar la sucesión: mostrando a sus
aspirantes, dejando espacios y sin perder la disciplina. Tiene cuatro o cinco
personajes que podrían participar y hacerlo con posibilidades de ganar de
acuerdo a cómo se presente el escenario electoral.
Estas semanas se volvieron a publicar muchas
encuestas. En ellas está a la cabeza López
Obrador, pero en todas sigue girando en torno
al 30 por ciento o más abajo aún, pese a que está en campaña desde hace sólo 18
años y que ninguno de los otros partidos tiene aún candidato. Se dio a conocer también
una encuesta de aprobación del presidente Peña que
está hoy en 28 por ciento. No es de ninguna forma un porcentaje alto. Pero es
casi lo mismo que tiene de aceptación electoral López Obrador.
El Partido
Revolucionario Institucional, que irá con el Verde y, quizás, otros aliados a la elección, está en condiciones de competir y ganar si un buen candidato le suma puntos a la aceptación presidencial y ésta crece un poco más de aquí a fin de año.
Revolucionario Institucional, que irá con el Verde y, quizás, otros aliados a la elección, está en condiciones de competir y ganar si un buen candidato le suma puntos a la aceptación presidencial y ésta crece un poco más de aquí a fin de año.
El Partido Acción Nacional también sería
competitivo, el problema es que ellos, a diferencia del Partido Revolucionario
Institucional y de Morena, no tienen claro el camino, quieren imponer una
candidatura que tiene muchos enemigos internos y externos y están esperando los
tiempos que le convienen a Anaya, no a su partido. Y en el camino perderán tiempo y
espacios.
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