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Por (AGENCIAS)
Un tribunal colegiado decidió ‘sobreseer’ el caso del famoso "Narco de narcos"
Foto por: Cuarto Oscuro
MÉXICO, D.F., 9 de Agosto.- Luego de 28 años de permanecer en prisión, el fundador del cártel de Guadalajara, Rafael Caro Quintero, uno de los más famosos narcotraficantes en la historia de México, abandonó este viernes el Centro de Readaptación Social de mediana seguridad de Puente Grande, Jalisco, después de que el Segundo Tribunal Unitario ordenó su inmediata libertad por una serie de irregularidades procesales, según adujo el Consejo de la Judicatura.
El pasado miércoles 7, el primer tribunal colegiado en materia penal con residencia en Jalisco concedió un amparo al llamado Narco de Narcos en el caso del asesinato del agente de la Agencia Antidrogas de Estados Unidos (DEA, por sus siglas en inglés), Enrique Camarena Salazar, en febrero de 1985.
Dicha instancia jurisdiccional encontró elementos de improcedencia para seguir adelante con ese juicio, por lo que decidió “sobreseer” el mismo sin dictar una sentencia.
Según el tribunal, el asesinato del agente fue juzgado en el fuero federal, en lugar de hacerlo en el fuero común, como correspondía procesalmente, debido a que Camarena no era agente diplomático o consular.
A nivel federal, el fundador del cártel de Guadalajara, de 61 años de edad, cumplió todas las condenas que le fueron impuestas, y esta mañana incluso le fueron ratificadas todas las absoluciones emitidas en su favor en los últimos años.
De acuerdo con fuentes de la defensa de Caro Quintero, el gobierno de Estados Unidos –que mantiene al capo en su lista de los hombres más buscados– nunca formalizó la solicitud de extradición para que se le juzgara en ese país por el homicidio del agente de la DEA ni por los delitos de tráfico y distribución de mariguana y cocaína.
Sin embargo, luego de que se dio a conocer la liberación del capo, autoridades del gobierno federal informaron que sí existe una orden de extradición.
Según información disponible en el portal de la DEA, hay dos acusaciones en contra del narcotraficante, una de ellas por el secuestro y asesinato de Camarena. También señala que Caro Quintero es buscado por posesión de mariguana y cocaína con intención de distribución.
La información menciona que el narcotraficante es buscado por autoridades de Estados Unidos por el Distrito Central de California.
Desde diciembre pasado la DEA emitió una alerta internacional en la que solicitaba la detención del llamado Narco de Narcos ante su posible libertad, que esta mañana se hizo realidad.
Con la captura de Rafael Caro Quintero, el 4 de abril de 1985 en San José, Costa Rica, la mafia del narcotráfico en México recibió su primer gran golpe.
De acuerdo con un reportaje publicado por la revista Proceso en su edición del 8 de abril de aquel año, en la detención del fundador del cártel de Guadalajara –elemento de fricciones diplomáticas entre México y Estados Unidos– participaron elementos de la DEA, quienes de manera abierta se unieron a los agentes de los diversas corporaciones policiacas mexicanas adscritos a la persecución. Y según la versión del Departamento de Justicia del vecino país, fue la DEA la que proporcionó los datos que llevaron a la captura del famoso capo.
Caro Quintero parecía haber burlado a la policía mexicana. En una ocasión prácticamente se le escapó de las manos, en el aeropuerto de Guadalajara. Y fue capaz, inclusive, en plena persecución, de secuestrar a una joven de la alta sociedad de Guadalajara, ciudad a la que había convertido en su centro de operaciones y donde era ampliamente conocido.
No obstante, los sueños del zar del narcotráfico se derrumbaron la madrugada del jueves 4 de abril de 1985, cuando fue capturado por la policía costarricense en su residencia, recién adquirida, cerca del aeropuerto de San José.
En el reportaje titulado “Su captura, golpe al centro del narcotráfico”, los periodistas Fernando Ortega Pizarro e Ignacio Ramírez detallan los nexos de Caro Quintero con las mafias latinoamericanas, que seguramente le permitieron encontrar un refugio en San José.
Desde febrero de 1985, el caso Caro Quintero, a quien se acusó de haber asesinado a Enrique Camarena, agente de la DEA, y a su colaborador, el piloto mexicano Alfredo Zavala Avelar, provocó un sacudimiento en las corporaciones policiacas mexicanas, en las que algunos agentes estuvieron implicados en el tráfico de drogas.
En aquel entonces ocurrieron algunos cambios en las jefaturas de policía: José Antonio Zorrilla fue sustituido en la Dirección Federal de Seguridad por Pablo González Ruelas, quien estaba al frente del Departamento Antropométrico de la Secretaría de Gobernación, a quien se acusó de practicar espionaje telefónico. También fue reemplazado Jorge Miguel Aldana Ibarra, en la oficina de la Interpol en México, por Florentino Ventura. Este cambio fue repentino y no se dieron explicaciones cuando el primero resultó sospechoso de estar involucrado en el tráfico de drogas, además de que las investigaciones del caso Camarena-Zavala no avanzaban.
Caro Quintero, entonces de 35 años de edad, huyó de Guadalajara el 23 de febrero, rumbo a Caborca, Sonora, donde tenía una casa con pista de aterrizaje. La DEA informó que el narcotraficante salió del aeropuerto tapatío con credencial de agente de la Dirección Federal de Seguridad. Juventino Prado Hurtado, comandante de esa corporación, y Armando Pavón Reyes, comandante de la Policía Judicial Federal, no evitaron la fuga. Este último, que según la DEA recibió un soborno de Caro Quintero, fue quien encabezó al grupo que cometió la matanza en el rancho “El Mareño” en Michoacán. En vez de consignarlo la PGR simplemente lo destituyó.
El avión en que se fugó Caro Quintero pertenecía a la Compañía Proveedora de Servicios de Guadalajara, cuyos propietarios, los hermanos Eduardo y Javier Cordero Staufer, fueron detenidos el 1 de abril, acusados de ser cómplices de Caro en el “lavado” de 5 mil millones de pesos, invertidos en diversos negocios.
Aunque la Procuraduría General de la república (PGR) se atribuyó la localización de Caro Quintero, el director de la DEA, John Lawn, afirmó que fueron sus agentes los que proporcionaron información a la policía costarricense para la captura, lo cual fue confirmado por el ministerio de Seguridad de Costa Rica, Piza Carranza. Inclusive la DEA proporcionó más datos de la operación que la PGR.
Caro Quintero se refugió desde el 17 de marzo de 1985 en una villa localizada al noroeste de San José, junto con sus pistoleros Miguel Ángel Lugo Vega, Albinoi Bazán Padilla, José Luis Beltrán Acuna y Juan Francisco Hernández Ochoa. Estaba con él Sara Cristina Cosío Gaona, sobrina de Guillermo Cosío Vidaurri, líder del PRI capitalino, a quien secuestró en Guadalajara el 8 de marzo.
Después se supo que el hondureño Rubén Mata Ballesteros, el zar de la cocaína en México y contacto entre las mafias de Estados Unidos y América del Sur, fue quien facilitó la internación ilegal de Caro Quintero a Costa Rica. La DEA informo que Mata Ballesteros salió de México a principios de marzo, con la complicidad de la policía mexicana.
El 14 de febrero los agentes de la DEA localizaron a Mata Ballesteros en un departamento del Distrito Federal. Pidieron su arresto a las autoridades mexicanas. Pero “Manuel Ibarra Herrera, jefe de la Policía Judicial Federal, retrasó personalmente la redada casi un día. Cuando llegaron los federales, Mata había desaparecido”. Ante esta acusación la PGR guardó silencio.
En San José de Costa Rica, la policía informó que decomisó a Caro Quintero 40 mil dólares en efectivo y 150 mil dólares en cheques, además de una pistola Colt 45, entre otras, con una placa que decía: “Dirección Federal de Seguridad”.
Al ser detenido en una de las dos casas que había adquirido por un millón y medio de dólares, el narcotraficante declaró: “Ya sé quienes fueron y me las van a pagar”.
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