Por: Gilberto LAVENANT
Hay quienes observan que esta es una campaña atípica, por decir que será distinta a todas las anteriores.
TIJUANA.B.C.-Apenas al inicio, se observa que esta campaña se desarrollará primordialmente en las redes sociales. Esto, por varias razones.
La primera de ellas, es que la autoridad electoral fijó topes de gastos de campaña para munícipes y diputados. Distintos en cada zona.
Además, ya no es como antes. La propaganda electoral ya no se puede colocar en donde se les antoje. La ley que regula este proceso, señala con toda claridad, dónde sí y dónde no.
Quienes anden en campaña, deben leer con todo detenimiento el Capítulo Tercero de la Ley Electoral del Estado, relativo a las campañas electorales, que considera como tales “el conjunto de actividades llevadas a cabo por los partidos políticos, las coaliciones y los candidatos registrados, para la difusión de sus respectivas plataformas electorales y la obtención del voto”.
Son actos de campaña, las reuniones públicas, debates, asambleas, visitas domiciliarias, marchas y en general aquellos en que los candidatos o voceros de los partidos políticos o coaliciones se dirigen al electorado para promover sus candidaturas.
Se considera propaganda electoral, el conjunto de escritos, publicaciones, imágenes, grabaciones, proyecciones y expresiones que durante la campaña electoral producen y difunden los partidos políticos o coaliciones, los candidatos registrados y sus simpatizantes, con el propósito de presentar ante la ciudadanía las candidaturas registradas.
En el último párrafo del artículo 152, de la Ley Electoral, se hace la primer advertencia, que debe ser tomada en cuenta: “Se prohíbe la contratación por parte de terceros, de propaganda electoral a favor o en contra de algún partido político, coalición o candidato”.
Esto significa que no pueden surgir los “amigos espontáneos”, ni los enemigos gratuitos. Los medios de comunicación, no puede aceptar la contratación de propaganda electoral, distinta a la autorizada por la autoridad electoral.
Otra disposición importante, al respecto, es la establecida en el Artículo 153, que observa lo siguiente: “Los recursos que destinen los partidos políticos, las coaliciones y sus candidatos, en propaganda electoral y en actos de campaña, no podrán rebasar los topes que para cada elección determine el Consejo General”.
Este es, el principal obstáculo, para que la ciudad no sea invadida con propaganda electoral, como solía ocurrir, los topes de campaña.
La autoridad electoral, mediante un procedimiento técnico, estableció topes de campaña, o sea fijó los montos máximos que los candidatos puede gastar, incluyendo, obviamente la propaganda electoral.
Para quienes no lo saben, deben saber, que las contiendas electorales, eran tiempos de “vacas gordas” para los medios de comunicación. En especial los impresos. y La publicidad política, tiene el doble del costo de la publicidad comercial. Además, los partidos políticos o candidatos, deben distribuir su presupuesto de publicidad, entre los medios de difusión. Al menos los que considere más importantes.
De no hacerlo así, recibirá buen trato del medio beneficiado, pero será harto cuestionado y criticado, por los que haya relegado.
Afortunadamente para los políticos, surgieron las redes sociales y los medios digitales. Que se sepa, estos no están regulados por la legislación electoral. Al menos no se hace referencia a ellos en la ley electoral.
A eso se debe, primordialmente, que las actuales campañas políticas, se están desarrollando por la vía digital. Aunque se equivocan, quienes piensan que si se promueven a través de las redes sociales, es suficiente.
Ciertamente, está muy extendido el uso de aparatos, que permiten acceder a las redes sociales. Pero eso no significa que sea enorme el número de personas que los utilizan para enterarse de cuestiones políticas. Se les recomienda, que no se vayan con la finta.
Además, son tantos los partidos políticos y tantos los candidatos, y los aparatos de comunicación cibernéticos, de uso pasajero, que no permiten conocer al detalle, ni a los actores políticos, ni sus mensajes.
Los medios impresos, no obstante los adelantos tecnológicos, son insubstituibles. Son baratos, de fácil acceso y se guardan para leerlos con calma, en el momento más oportuno para ello.
Hagan números y observen con claridad. Los teléfonos móviles o las computadoras, son de un mayor uso entre los jóvenes. A quienes en su mayoría no les llama la atención la política. Si tratan de ganar terreno entre los electores, especialmente entre los adultos, deben dedicar tiempo y espacio, a los medios impresos. Los medios digitales, no bastan.
gil_lavenants@hotmail.com
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